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Le blog littéraire de Cedric Josse
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  • Ce blog mélange récits, expériences personnelles, analyses et critiques de la société le tout ponctué de commentaires sur l’actualité nationale/internationale. Este blog mezcla relatos, experiencias personales, análisis y critica de la sociedad.
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7 mai 2013

Los actores

Jouvet - Copie 11

Por qué los actores de antes eran mejores que los de ahora? Porque se les pagaba menos o sencilleramente al tener un público más restringido no podían defraudarlo? Lo cierto es que conquistaban el corazón de la gente. Se les consideraban verdaderos iconos, héroes en los que el hombre de la calle se proyectaba. Mientras los de ahora solo son “protagonistas” al borde de la disfunción cerebral. Es decir, “personas normales” envueltas en un papel durante hora y media, dos horas como máximo antes de volver a sus rutinarias vidas. El asunto es que “antes”, los comediantes se estrenaban primero en las tablas. (Gastaban allí parte de su energía y la suela de unos cuantos pares de zapatos antes de saltar a la fama.) Delante de un parterre exigente venido a distraerse y disfrutar de un espectáculo de calidad! Algunos tropezaban o se caían del escenario. Otro se iban bajo los abucheos, pero al final todo el mundo salía contento. (Heridos solamente en sus egos, por su falta de carisma, la ausencia de sensibilidad artística o su incapacidad a mostrarla, los “estafadores”, actores y figurantes de segunda que no habían pasado la prueba del fuego se dirigirían hacia otras carreras donde el “engaño” les llevaría a la cumbre.) Dispuestos a dar lo mejor de sí mismo para conseguir un  único objetivo: el éxito!

Sería conveniente ahora establecer la diferencia entre “actor” y “comediante”. Aunque las interpretaciones varíen, que muchos piensen que es lo mismo y que otros opinen sin saber. La “diferencia”, si es que exista alguna es bastante sutil y ciertamente subjetiva. Depende en realidad de la atención que prestemos a la performance de cada uno de los contrincantes y de cómo enfoquemos y analicemos sus respectivas prestaciones. Me explico… Yo soy de los que prefieren usar la palabra (tal vez un pelín elitista) de “comediante” al termino generalista de “actor”. Sería solo cuestión de lenguaje entonces? Sí y no! Ahora que cualquiera se puede convertir (o se autoproclama) “star”, (“estrella”) o “superstar”, (“superestrella”) de la noche a la mañana es importante dejar bien claro cuáles son los meritos y las limitaciones de ambos.

El “actor”, actúa como hay de esperar de él y no se le puede reprochar no salirse de las directivas del “director”, único maestro a bordo. (Hay que recordar que millones o al menos una cantidad importante de dinero está en juego.) La “interpretación” viene en un segundo plano. Primero hay que pensar en la futura recaudación y en quienes pusieron la plata al iniciar el proyecto. El trabajo de los actores junto al de otros intervinientes que pondrán luego música sobre las imágenes, añadirán los efectos especiales y remataran la faena con un montaje espectacular, digno de las mejores expectativas es la columna vertebral del cine del tercer milenio. De la imaginación y del desempeño de cada uno (en sus respectivas disciplinas) depende el triunfo del conjunto.

El “comediante” es un “interprete”! (En el doble sentido de la palabra.) Al igual que su destacado compañero de profesión sirve la obra que interpreta pero elevándola (o bajándola) a un nivel que nos la hace accesible. Su rol en fundamental para traducir y poner a nuestro alcance textos que sin él perdurarían en el confín de la fantasía de sus inspirados y creativos autores. Hacer que viva un personaje y perdure en nuestra mente tras la función, cuando se habrá bajado el telón o encendido las luces de las salas de los Multiplex! El personaje de una función o de un filme pertenece por mitad a quien le dio vida y por otra a quien lo encarna. El director de teatro no es más que un técnico que guía y aconseja a los miembros de su tropa. Supervisa y hace que todo concorde en el espacio y el tiempo. No impone su visión y menos su versión de la historia.

Ni las taquillas de teatros de barrio o de instituciones reconocidas de carácter nacionales ingresan lo de las cajas registradores de los cines que a pesar de la crisis se mantienen a golpe de innovaciones técnicas. Hasta presumen los grandes directores de contratar a actores reales para encabezan sus largos metrajes. Prefieren dóciles avatares fáciles de manejar, que se prestan a los caprichos del mercado y encajan en una dinámica de beneficios sin límites. No les tienen que pagar, ni envejecerán en caso de que la peli consiga su meta y se convierta en saga. (Las secuelas por sosas que sean sirven a amortiguar el derroche de los estudios en tecnología 3D, cuando antes a penas pagaban el cache de sus figuras de carne y hueso.)

Por lo tanto se podría calificar la generación actual de actores de “mediocre”? Yo, sin ninguna duda (salvo escasas excepciones) me atrevería a decir que si! Sus predecesores ya eran inferiores a sus pairs de la época dorada del cine, y los nuestros son todavía peores! Así que me gustaría acabar esa nota dedicándola a aquellos COMEDIANTES de voz e gestual  inconfundibles que dejaron para siempre sus huellas en películas en blanco y negro.

 

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