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Le blog littéraire de Cedric Josse
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  • Ce blog mélange récits, expériences personnelles, analyses et critiques de la société le tout ponctué de commentaires sur l’actualité nationale/internationale. Este blog mezcla relatos, experiencias personales, análisis y critica de la sociedad.
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25 janvier 2012

9:40

rev_001

Hará un año, un mes, una semana, un dia, una hora, un minuto y un puño de segundos… O sea el 17 del 12 del 2010 a las 9 horas y 39 minutos más o menos, me estaba haciendo esa misma pregunta pero al revés. Que haré dentro de un año, un mes, una semana, un dia, una hora, un minuto y no sé cuantos segundos? Pasaron lentamente los días (404 en concreto) parar llegar a la fecha de hoy, el aquel entonces lejano miércoles 25 de Enero del 2012. No tengo ni puñetera idea de lo que estaba haciendo a estas horas de la mañana hace más de un año pero si les puedo contar y con un lujo de detalles todo lo que transcurrió hoy, desde que me levante hasta que me senté dos horas más tarde (es decir hace menos de un minuto) en esa incómoda silla de madera frente a una mesa del mismo acabado para empezar a redactar (escribir o teclear) esta nota.

Para poder arrancar el dia, primero hay que ponerse de pie tras decidir levantarse después de haber conseguido (no sin cierta dificultad) sacar la cabeza del culo y de debajo de la suave sabana recubierta de esa gruesa colcha nórdica que nos regalaron para navidad y que nos mantenía caliente... Abrimos un ojo y el otro despacito, invadido de inmediato por esa extraña sensación de mareo (más propia de un largo viaje interno que resultado de una noche de pesadilla). Pero para que todo eso ocurra, debemos pasar por el momento clave. El instante “0”! El primer segundo de nuestro nuevo dia en la Tierra y DES PER TAR NOS!!! La chispa se produjo en nuestro cerebro que nos mantendrá en modo “operacional” durante unas cuantas horas seguidas. Nuestra conciencia al darse cuenta de que ya era tiempo moverse, enchufo el resto de nuestro cuerpo. Irrigando músculos y miembros dormidos. (No todos!) Para darle un empujoncito a su perezoso metabolismo, el hombre modero que nunca carece de malas ideas para auto amargarse la vida, invento métodos de los más creativos (aunque no siempre eficaces) para sacarse de su letargo y volver (de golpe) a la realidad.

Cada mañana recurre a uno o varios de sus sistemas para pasar del estado de bienestar absoluto al más rotundo caos! Un infierno creado de todas piezas a lo largo de los siglos para simular la tierra prometida que nuca encontrara. Tener el control al menos en apariencia sobre su entorno, su vida y un reloj biológico a veces caprichoso. Quien puede prever (salvo otras maquinas) un paro cardiaco o un derrame cerebral? Que nuestros organismos rebeldes nos manden a urgencias para noche vieja! O que; de viejo suframos fallos repetidos? Pequeños desmayos, pérdidas de conocimiento o de memoria sin consecuencias nos dirán. Otros paros por desgracia son irreversibles! (Ni los mismísimos suizos, maestros incontestables en el arte de la relojería de precisión pueden dar en el clavo para encontrar una solución que nos permita vivir más! Sin embargo han conseguido vivir mejor que la mayoría de nosotros!)

De allí nacieron despertadores de todos calibres para aprovechar al máximo el poco tiempo del que dispongamos… Desde cucús artesanales de madera hasta otros estampado a partir de los 50’S en el fondo de las carcasas metálicas de los despertadores mecánicos Jaz. (La silueta del pajarito estuvo tatuada durante décadas sobre el esmalte de color blanco, negro, dorado o plateado de la esfera del despertador). Luego llegaron tonos más modernos y también mucho mas “desagradables”! Melodías descargables (descartables) saliendo a todas horas de nuestros iPhone o Smartphones de ahora. Sin olvidar los aterradores radios relojes de los 80’s con sus alarmas estridentes o el crujido que producían las ondas cuando la moleta reguladora se quedaba parada entre dos frecuencias. El foco radioactivo de sus cifras, rojas, verdes (o azules) nos mantenía los ojos abiertos (como hipnotizado) hasta bien entrado en la noche.

Otras veces, colmo de la molestia, encargábamos al acostarnos al reloj parlante para que nos despertara sin falta al dia siguiente. Luego saltábamos de la cama como diablos cuando sonaba el maldito teléfono con su característico “DRING” molestó de entonces! Cualquier rastro del infortunado encargo había sido borrado por el prolongado (y tal vez merecido) descanso nocturno. Y tras esperar un tiempo (que parecía infinito), medio hartos pero ya bien despiertos, escuchábamos al otro lado la voz robotizada de una chica (que nos imaginábamos guapa aunque no existía) o de un señor mayor (menos sexy pero que mas dada si ya estábamos de pie), tras haber repetido como loco: ALLO?… ALLO?... ALLO? (Sin que nadie nos responda!) Nos dábamos cuesta de lo imbécil que éramos, protagonizando una situación absurda que nosotros mismos habíamos iniciado!

BUENOS DIAS, SON LAS 9 HORAS 40 MINUTOS Y 49 SEGUNDOS.

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