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Le blog littéraire de Cedric Josse
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  • Ce blog mélange récits, expériences personnelles, analyses et critiques de la société le tout ponctué de commentaires sur l’actualité nationale/internationale. Este blog mezcla relatos, experiencias personales, análisis y critica de la sociedad.
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8 février 2012

El lugar más bonito del mundo

cass-briquesCuál es el lugar más bonito del mundo? Depende del momento! Cuando vivía en Paris, soñaba a veces con trasladarme al otro lado del Atlántico. Cansado de perder el tiempo en la capital francesa, me imaginaba en la gran manzana, allá donde según yo todo iba más rápido. Me seria más fácil lograr mis objetivos sin perder para aquello un montón de años trabajando en vano! Tal vez me equivocaba, pero como no lo intente nunca lo sabré! Me he ido de Paris más tarde pero sin cruzar el océano, ni siquiera subirme a un avión. Hui por la puerta trasera. Desde la estación de Austerlitz. Doce horas más tarde pisaba por primera vez tierra catalana. Allí viví, ni mejor ni peor que antes. Era solo todo diferente. Hasta el idioma era distinto al que se solía hablar en el resto de España! Me integre a medias, en el sentido que durante esos cuatro años y medio que viví en Barcelona, nunca trabaje (allí), ni me empeñe en aprender catalán! (Esforzarme por las puras nunca ha sido lo mío y lo tenía ya bastante complicado con el castellano que no había estudiado!) Al final de mi estancia, casi tan aislado del resto como al principio, estaba bien decidido en irme a probar mi suerte en Madrid! Otra capital y tal vez una nueva oportunidad? Menos turistas pensaba! Estaríamos “entre españoles” y podría frecuentar todos aquellos lugares que relataba Hemingway en sus novelas que al cabo de un tiempo leía en castellano! Aburrido en mi pequeño loft, “séptimo cielo artificial” sin ascensor pero con vista a la Sagrada Familia, un dia contacte a mi casero (o mejor dicho el administrador de fincas que gestionaba la mía) para avisarle que en el plazo reglamentario previsto por la ley (un mes) me iría y que “por favor” sea tan amable para devolverme mi fianza al acabarse el contrato. (Se demoraron muchísimo más para soltar la pasta que año y pico antes cuando me habían pedido parte de mis ahorros en forma de garantía.) Y yo, demasiado confiado, les había entregado hasta el último duro deseado sin pestañar!) Saldé mi cuenta bancaria, me di de baja a todos los suministros contratos para vivir dignamente en la edad moderna y los bolsillos medio llenos y con algunos trastos de los que no sabía qué hacer estaba listo pero no tan “preparado” para dejar atrás Catalunya y empezar otra etapa de mi vida, la cuarta! (La primera fue mi infancia al lado de una madre que odiaba. La segunda con mi ex que me quería a su modo pero me engañaba constantemente! Luego sufriría en sus propias carnes el castigo supremo por sus repetidos excesos. Mucho mas allá de lo que su mente retorcida la hubiese llevado! Perdería el control de su vida y la mismísima existencia! En la década de los 90 ya había perdido a mi hermana en un despiste similar. El tercer periodo y desde luego el mejor de mi turbulenta vida, aunque no conseguí nada mas (salvos algunos buenos amigos con los que todavía cuento) que en mis anteriores vidas me llevo a Barcelona. Empecé el otoño 2001 en un pensión barata (entres putas y obreros) del humilde pero barrio de Poble-Sec. Pasaron los meses… Cruce el Raval para mudarme a una calle peatonal del Gotic y finalmente acabe en Gracia (como muchos franceses). La cuarta parte de mi relato como viajero indeciso empezó con año y medio de retraso. Ojala me hubiese ido directamente de la Ciutat Comtal, seis cientos cincuenta kilómetros más al oeste, cerca del Tribunal supremo donde vivo ahora (como ponían algunos carteles catalanistas colgados en las paredes de las calles Barna) pero tuve que dar un paso atrás y retroceder a la casilla “Paris”! Me quede atrapo allí y de pronto mis ahorritos se esfumaron! Me daría tiempo para “planear” mejor mi regreso a la península. Yo que nunca había hecho planes, abandonándome a mi propia suerte, del mismo modo que plantaba de un dia para otro (y sin el menor escrúpulo) familiares, pisos y amantes de turnos… Sin dejar rastro! Como un fugitivo! Esta vez me lo curaría un poco más y me quedaría en Paris hasta reunir el dinero necesario para irme de nuevo y vivir tranquilos unos meses. La suerte llamo una noche a mi puerta. (O más bien me dio una timbrada desde la pantalla de mi computadora.) Conocí a una chica por internet. Su vida era tan hueca como la mía y ambos compartíamos una visión pesimista y hasta un cierto rechazo de nuestro entorno próximo. Conversábamos mucho y de a poquitos nos hicimos amigos “virtuales”. La cosa flujo tan bien que cuando por fin decidí venir a Madrid, “pactemos” que los primeros tiempos me quedaría en su casa (un piso compartido con otra tía loca). Vivía algo lejos del centro pero para quien había esperado tanto ese momento, (a mil doce cientos kilómetros de Sol y del “punto cero”) no me echaría atrás por tener que caminar un poco o recoger casi toda la línea 52 junto a los viejitos de la zona de Salamanca. Llevo ahora algo más de cuatro años de estancia en Madrid. Los mejores años hasta el momento? Al no ser por ella, tampoco estaría tan seguro! No sé si era previsible o si es que llevo adentro un bicho insaciable que nunca se conforma con lo que tiene pero alcanzando cierto nivel de bienestar y de tranquilidad mi instinto nómada se molesta conmigo gritándome a cantaros que ya es hora de irse! (Que el hombre moderno trate de domarlo no da siempre los frutos esperados.) Que mosca me habrá picado? No lo sé! Pero el asunto es que desde hace ya unos meses me estoy proyectando de nuevo fuera de las fronteras españolas y lejos de Europa. No tan solo por que el futuro de España está pintado más que comprometido ni por miedo, cobardía o sencillamente no querer volver a Francia (mi país de origen). Para abrirme más al mundo y a otra(s) cultura(s). Quiero conocer a gente nueva y sobre todo distinta a la que me rodea ahora. Con los madrileños nunca no entenderemos del todo. Puede que sea soberbio y ellos demasiado resignados, pero no puedo evitar ser crítico cuando les veo parados mirar cómo se va todo abajo, ladrillo por ladrillo sin levantar el dedo. (Lo harían solo para pedir rescate!) Se quejan pero no actúan! Se echan a calle, protestan, culpando a todo el mundo de su mala suerte. El sistema financiero (de hecho malo). Bruselas, por tener entre sus manos las riendas de la economía del país y de la suya. El gobierno… El antiguo que les condujo al borde de la ruina. Y dentro de poco, el nuevo por no cumplir con sus promesas! (Trabajo para todos sin recortes lo que significaría que los que hasta ahora no vivían mal no se tendrían que apretar el cinturón!) Tal o tal comunidad autónoma por derrochar el dinero público y gastarse más de lo que tiene o simplemente demasiado (lo que es lo mismo) en financiaciones absurdas mientras ellos mismos piden más ayudas y mejores prestaciones! No soy experto pero desde no lo veo muy sostenible! Pero no se tendrían que preguntar primero como llegaron a esa situación límite? Metidos en la crisis hasta el cuello mientras sus vecinos europeos (menos Grecia y Italia) ya han salido del hoyo hace rato! Su propia conducta, irresponsable y muy poco solidaria tendrá algo que ver en el asunto! Hablo en un sentido general claro, por qué mientras la gran mayoría no hace nada más que perderse en blablablás o escuchando discursos propagandistas incomprensibles pero siguen en paralelo metiendo la mano al monedero, algunos “ilusos” se empeñan a intentar salvar lo que queda! Optimistas que tienen fe y esperan que las cosas mejoren y que se despierte de una puñetera vez España de la pesadilla! Pero con la corrupción pudriendo el sistema a todos los niveles, sin sanear la economía ni un gran impulso general, me temo que no sirva de nada. Cuando se complican las cosas, una de dos… Te sumas a la masa malcontenta pero sin propuestas o te subes las mangas y tratas de encontrar una alternativa! La tercera opción cuando eres extranjero (y la más fácil) es irte! Como lo dice una muy intima amiga mía: “No me vine a España para pasarlo peor que en mi propio país!” Es verdad, yo tampoco! Ni soy lo suficiente católico para “sufrir” ni quiero aguantar años hasta que se recupere España! De nuevo mi mirada sobrevuela el mar y se fija en la otra orilla del charco donde una señora mayor de ascendencia francesa me saluda. Noventa días en Nueva York sin visa… Y después? 

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