Entrevistándome a mí mismo

Había caído de casualidad en el Starbucks de Diego de León justo al costado de donde trabajaba Bea. Allí podría preparar tranquilamente la entrevista a Luna para el día siguiente.

- Tu nombre?

- Luna.

- Y eres?

- De Colombia.

- Y como llegaste a España?

- De casualidad.

Yo también había llegado de casualidad acompañando a una amiga o a mi amiguita, Usd elija, hace ya ocho primaveras. Y Luna, cuánto tiempo llevaba aquí? Tan solo año y medio. Yo acababa de cumplir trece meses. Poco tiempo? Mucho tiempo? Usd elija. Y, a que vino Luna a España? A estudiar o a trabajar como la mayoría? Yo definitivamente no había venido a trabajar! Ya lo saben todos! Amigos, enemigos!

Si ahora estoy escribiendo en azul en vez de hacerlo en negro como al comienzo, no es que me haya vuelto más loco de lo que soy, solo es que se me murió el bolí! A la mañana la compu mando mis notas al tacho y ahora mi fiel lápiz me deja plantado. Acabaré escribiendo con mi propia sangre si hace falta! Suena bien, pero no tengo suficientes penas como para cortarme las venas, lo siento!

Por lo visto Luna si vino a trabajar. Allí la conocí, en su tienda, ella currando y yo como siempre disfrutando. Aquí al Starbucks le dicen “tienda”! No café, ni bar y menos cafetería solo “tienda”. Y eso hacía de mi un cliente o me convertía en consumidor? Lo que en el fondo somos todos! Luna desde la primera vez se muestro muy amable. Demasiado! Aquello me asombro. Como podía tener tanta alegría en si teniendo un trabajo así? Yo no lo entendía. Era o al menos parecía feliz. Yo aunque casi nunca trabaje [no era en el paro, solo que no me gustaba trabajar] siempre me quejaba.

Tratando y solo tratando de ser feliz [dejando la verdadera felicidad para los demás] y aun así, nunca lo conseguía! Cuando lo tenía todo al igual de repente lo perdía todo! Siempre me faltaba algo. Algo que no sea trabajo, claro! Al nivel económico me las arreglaba como podía, viviendo de lo demás. No es que me enorgullece contárselo, pero así era. De cuando en cuando, cuando se me daba la locura de trabajar para conseguir algo más de plata, lo hacía hasta el agotamiento. Debido a eso, luego juraba que nunca más iba a venderme. Que, el trabajo era una mierda, yo un estúpido y los demás gilipollas por aprovecharse así de mí.

Luna estaba contenta. Puede que tuviera poco pero del poco que tenía podía permitirse regalar sonrisas a los demás. Yo más bien odiaba a la gente en aquellos tiempos. Para mí el ser humano no era más que una extraña y estúpida criatura que en varias ocasiones me provocaba rechazo y hasta asco! Para Luna era más bien lo contrario, como si todos fuésemos iguales y buenos se nos acercaba a cada uno de nosotros sin distinción. Cuando yo me acerco a alguien en general es para pedírselo dinero o sexo. Nunca pido nada solamente por pedir, sin que haya un interés por medio. Y a Luna que se lo pediría?

El Bic del Starbucks escribe igual de bien como mi bonito bolí de punta fina y es una pena deber devolverlo a la “dependienta” que me lo presto. Si es tienda, tampoco se la puede llamar “camarera”? Al menos que les digan “barristas” como en Francia? Ya se lo preguntaré mañana a Luna.      

Comments

[nobochi]

lo he releido pues ya no me acordaba, creo que ya no hay detrás de ti un Cedric tan hostil...
besos

[Paola]

Que bueno que te hayas animado a escribir en español, lo haces muy bien para ser la primera vez... espero que continues para poder entender lo que escribes :-)
El sabado lo pasé genial!! gracias a los dos!!!

[carmen]

pues a mi si me gusta como escribes en castellano...nos vemos pronto,no?

besos...