El florero

“Un día te levantas y tienes cuarenta y cinco y pico”… (Ya saben lo que viene después, verdad?) Luego miras alrededor de ese maldito espejo enmarcado en pan de oro (al más puro estilo francés del siglo tal) que ya no refleja la cara de tus sueños, la que todavía quisieras tener sino la tuya verdadera, la de ahora! Esa cara de sueño bien arrugadita por culpa del despertador pensaras que te saco de la cama una hora antes o por haberte pasado de bebida acostándote un pelín más tarde de lo habitual. Te enteras entonces de que el resto también ha cambiado! El salón se ve más amplio que en tus recuerdos, será que la casa también será más grande? Cuando la compraste? Ya ni te acuerdas! Porqué, la compraste? Ya no tienes edad para vivir de alquiler! Los muebles de buena factura (caros) que tienes a la vista te gustan. Específicamente los asientos. Ese sofá de color crema que se funde con la pared al igual que las butacas Luis XV cuyas patas curvas desaparecen en la gruesa alfombra de lana que trajiste de Suramérica. Te encanta su tacto cuando vas descalzo. Si regresas borracho y la pisas con las suelas llenas de barro, es otra cosa claro y al día siguiente maldices a los benditos artesanos amerindios, cagándote en sus telas, tejidos y de modo más general, en todo lo que proviene del nuevo continente! En la encimera de mármol de la chimenea marrón y blanca, a la derecha, justo al lado de la foto de tus hijos (fruto de otra de tus borracheras) destaca un florero rojo del que te habías olvidado. Y ese soliflore piensas de repente? Sera un regalo, seguro! No te convence del todo su forma y menos aun su tamaño diminuto. Que presente más inútil! Encima, no entraría ni una flor por su cuello estrecho! Te acercas para cogerlo y mirarlo bien. Una etiquetar sin despegar en la base pone: “Cristal de Bohemia”. Vaya! Ahora sí que lo ubicas! Te le ofreció tu suegra cuando te casaste con su hija, otra mujer “florero” a la que amaste un tiempo! Su “importancia” en esta casa nunca se dio a conocer del todo tomando en cuenta que te divórciate enseguida. Cuanto a los niños, solo los ves cuando te toca cambiar la foto que recibes anualmente de su padrastro con quien por suerte te llevas bien. Solo en esa ocasión te das cuantas que crecen de prisa, no por el espacio que no ocupan en tu vida. La pensión alimenticia también va aumentando, sube como la duda española, de acuerdo con el apetito voraz de tu ex quien a la hora de sacarte todo lo que puede no se detiene en absoluto! Ahora si estas despierto! Hoy es el día del juicio (final) para recuperar a tu progenitura. Para que lo vengan a ensuciar todo con sus zapatillas cochinas y pongan un poco de caos y de desorden en tu vida demasiado ordenada de cuarentón bien sentado. Tienes cuarenta y pico es cierto, pero todavía te queda energía para luchar para lo que quieres y tu nueva pareja te apoya en ese sentido. Que harías sin él?