Vieja usanza

Regreso a la vieja usanza… Es decir, usando papel y bolí.

Hace unos días vi por segunda vez Collateral, la peli de Michael Mann. (Ya la había visto cuando se estreno en el 2004.) Habla sobre un tipo que no se afronta a su vida. Al menos hasta ese dia, ordinario entre tantos, en el que su camino cruza el de otro que hace precisamente todo lo contrario. Vive al límite! Aunque tampoco le da mucha vuelta a su realidad. Algo “errónea” como ya se verá. Anda por allí pegando tiros y ajustando cuentas ajenas con gente a la que ni siquiera conoce. Lo inesperado surge cuando el moribundo (en el sentido figurado) le dispara al matón!

Ironía del destino? Qué significa verdaderamente ese gesto y cuál es el mensaje? Solo se trata de un “truco de director” para captar la atención del público? El disparo suena como una advertencia! No hay duda de que Mann sabe muy bien a donde quiere llevar a sus espectadores. A su propia frontera entre placidez y acción! Las “ovejas” bajo ciertas circunstancias pueden metamorfosearse en un lobo feroz! Realmente somos lo que pretendemos? Que escondemos detrás de una bonita mirada o una sonrisa agradable? Ya estamos pensando como depredadores mirando a una potencial presa?

Nuestros sueños de niños se desvanecieron con los años. Tuvimos proyectos que iluminaban las paredes de nuestra habitación al anochecer. Algún dia se realizaran creíamos ilusos. Pero hoy en dia, si nos preguntaran por ello, ni seriamos capaces de recordar su esencia. Me temo que ya se apago la chispa, el fuego sagrado que relumbraba en nuestros corazones! Todas aquellas ideas que burbujeaban en nuestro cerebrito se fueron por los aires. Lo que queríamos entonces murió al hacernos mayores. (Como el gas de Coca-Cola al entrar en contacto con el oxigeno.) Perdimos la inocencia, en ciertos casos la virtud y peor aún, la fe en nosotros. (Demasiado temprano para algunos).

Yendo por el camino más fácil, avanzamos “resignados” hacia la muerte segura de nuestra especie. Pero desgraciadamente no hay nada que lamentar. “Si me hubieran dejado la oportunidad de demostrarles lo que valgo!” (“Dejado” Pues “deja” de fastidiar y hazlo!) “Ojala se pudiera llevar a cabo!” (Nada de “ojala”, si quieres, PUEDES!) “Si solamente…” (Solo depende de ti!) Al igual que el personaje central del largo metraje estadunidense, vivimos de “apaños” lo que no complacer una mente inquieta. Por qué no tomar las riendas de nuestras existencias (matando al caballo qué montamos)? Por miedo a lo desconocido. Nos acojona pensar que podríamos pensar por nosotros mismos.

Preferimos vivir una existencia “bajo control”. Sin salirnos del marco. Nos fastidian pero aceptamos mudos leyes absurdas y reglas puestas en marcha hace décadas por otros. (Muchas de ellas hoy obsoletas.) No obstante, aguantamos a “un cabrón de jefe” que se cree el amo de medio mundo porque no nos “acojona” mandarlo al Diablo. Vamos a misa para absolver supuestos pecados y con la bendición de la Iglesia caemos en las mismas trampas a la semana siguiente. “Votamos” ante todo para que “nada cambie”. (El único propósito siendo que no nos quiten lo poco que tenemos. Esos privilegios de occidentales creídos.) Hasta en nuestra “relación de pareja” somos “cobardes”. Quien lleva los pantalones es lo de menos mientras no armamos líos en casa! La inmovilidad, ese es el GRAN PROBLEMA de nuestra sociedad!

- Genero uno: “Los comodones”.

La alternativa? Vivir en apuros! Hacia la perdición y más allá! Sentir como nos invaden las emociones. Sensaciones a veces “tontas” pero necesarias y que nos mueven de arriba abajo, proliferando en nuestra sangre y en nuestras entrañas. Ser orgulloso de ser “estúpido”. Dejarse un margen de maniobra. Tener derecho a “equivocarse”. Ser capaces de retroceder, de parar si es necesario para analizar una situación y replantearse las cosas. Por allí quiero ir? Despertarse en plena noche para contemplar las estrellas. Arrebatar una faena física hasta no sentir su cuerpo para enseñarle quien manda. “Cantar victoria” cuando lloran los demás y bajar la cabeza cuando festejar por el triunfo de un equipo de futbol o porque un líder “X” se hizo con el poder tras un escrutinio contestable. Pero ni el futbolista millonario, ni el político con todos sus privilegios y los fondos ocultos de su partido nos pagara el alquiler ni nos dará de comer.

Puede que mi vida sea un caos constante. (Lo constancia es otra carencia del hombre moderno.) Que mi meta sea una línea borrosa que corre y se extiende más allá de un gran descampado repleto de muertos vivientes cuyos cuerpos yacen al modo de balizas intermitentes. (No es difícil localizarles ni evitarles. Parpadean! Imploran! S.O.S.) Vivir en el limbo me gusta. No voto, ni voy a partidos de futbol y menos a misa. Dejo la mayoría de los trabajos a los demás. Es mi pequeña contribución al “sistema”. ‘Desempleado de larga duración” empleo mi tiempo como me da la gana. No pago “1 euro por receta”, sino la medicina completa cuando me enfermo! (Lo que ocurre a menudo prendiendo la televisión y viendo noticias que no son.) No me agacho delante de nadie. (La “Democracia Real” no es lo mío!) Huyo del compromiso. Odio las medias tintas (de mi impresora). La familia no me importa mucho pero si cuento con numerosos amigos. “Hermanos de sangre” encontrado por el camino y con los atravieso esos tiempos de advertencia.

- A los 20, soñaba.

- A los 30, no tanto.

- A los 40, no sueño.

- A los 50, me acordaré nostálgico, aquellos sueños de entonces.

- A los 60, ni los recordaré..

- A los 70, no me acordaré de nada!

- A los 80, soñaré con recordar algo, lo que sea!