Ojo de pez

Cuando en un dia cualquiera, pensamientos absurdos se apoderan de nuestra mente que ocurre? Lo mismo que al invadir el cielo de julio unas amenazadoras y gruesas nubes grises. Primero lo colapsan todo y desaparece la luz, luego empieza a caer una lluvia cada vez más fuerte de ideas en apariencia insensatas pero que pueden resultar interesantes a posteriori. Empapando cualquier cosa y haciendo que veamos el conjunto con otros ojos.

Un ejemplo... Un dia de estos, saliendo de casa, me doy cuenta enseguida de que no quería ir a ninguna parte. Entonces qué hacer? Volver al piso, caminar sin rumbo o intentar encontrar un objetivo? Estaba así, parado en medio de la calle, cuando de pronto me pasa por la cabeza que si había decidido bajar ahora y no antes o dentro de un rato, era por algo! No podía ser simple casualidad. Existía, lo sabía, algún motivo (todavía desconocido) que me empujo fuera de mi vivienda. Solo me faltaba encontrarlo!

Un taxi casi me atropello! Me di media vuelta para insultar al chofer y de repente veo a un amigo o lo más parecido a un “ser querido” de esos que nos atraen sin razón y a los que nos sentimos pegados o atados sin razón aparente, por algún tipo de hilo misterioso. Ese vinculo que a veces une un hombre a otro sin que haya (necesariamente) sexo de por medio. - (Yo) “Hola!” - (El) “Qué pasa maricón?” Tras intercambiar unas causticas palabras, burlarnos de la gente, nos separemos dándonos un abrazo. El yéndose por su lado mientras yo todavía me preguntaba por mi recorrido!

No detectaba señales ni veía indicios que me podían ayudar o tomar una decisión. Pensando que caminando ya se me ocurriría algo, subí sin prisa en dirección de la glorieta de Bilbao. (Bilbao la vizcaína y su hermana guipuzcoana D.) Pero estamos en Madrid en pleno barrio de Malasaña y aunque el mercado de Barceló se dé aires (de por su formas arquitectónicas) de Guggenheim en pequeño… Los pecados que encontramos en su interior no tienen nada que ver con los peces gordos del arte contemporáneo resguardados en el emblemático edificio de Frank Gehry.

Seguí hacia la plaza del difunto abogado y diputado burgalés Alonso Martínez (que también fue en su tiempo, Ministro de justicia y Presidente del Congreso.) Allí en una banca, justo delante del banco Santander estaba sentada otra amiga. A quien esperaba? De hecho a mi no! – (Yo) “Hola!” (Ella, incomoda) “Hola! Que haces por aquí?” (Es que yo vivo aquí! Pero para no ponerla en apuros, aborte la conversación, despidiendo bajo un falso (pero creíble) pretexto. Ya a buena distancia, mire atrás y le guiñe un ojo como para decirle… “No te delatare!”

En la calle de Génova, el mismo follón de siempre… Poca gente (manifestándose o simplemente andando) y muchos polis (demasiado) decididos a defender el perímetro cercano a la sede del PP contra una “supuesta” amenaza ciudadana! Los miembros del gobierno incluyendo al mismísimo Mariano Rajoy temen (es tremendo) a quienes los votaron. Es que claro, entre “votar” y “botar” solo estamos a un paso (o una falta de ortógrafo) de cambiar la historia. Tras la mala gestión de los últimos meses (al menos, así lo siente el desafortunado ciudadano), los recortes y los escándalos financiero-políticos que manchan a la ya no inmaculada imagen del Jefe del gobierno (y líder de los populares) como el conocido caso Gürtel o el despilfarro del ex tesorero de su partido Luis Bárcenas (el “hombre de los papeles”), es “legitimo” cuestionarse acerca de su liderazgo.

El tipo ese (Bárcenas) era una especie de Papa Noel con traje que no esperaba la navidad para distribuir a quienes de los merecían, “buenos alumnos” y altos cargos del PP, “sobres” con dinero público… Es decir, nuestro! La verdad que da asco! Tanta gente sufriendo y “ellos” como siempre los bolsillos llenos y sin tener que privarse de nada! (Comparecerá Mariano Rajoy ante el Congreso para dar explicaciones? Si de todos modos el hombre nunca habla!)

Al final de la calle, otra plaza de “interés” según Wikipedia, la del gran descubridor de América y figura de proa de la gloria pasada de España, Cristóbal Colon! El sitio fue “rehabilitado” al más puro estilo español… Mal y demorándose un siglo! Cambiaron la ubicación del monumento erigido en memoria del famoso navegante, moviendo pilar y  escultura pero se olvidaron del pedestal que desde entonces yace solo un nivel más arriba del resto de la explanada! Unos peldaños de piedra que se elevan en discreción del cielo… Escalera hacia ninguna parte! (No hablaremos aquí de la gigante bandera que flota a la merced del viento, maltrata y agita por los elementos como si de un trapo se trátese o de una sabana colgando de un tendedero.)

Y qué hay de aquel “diluvio de ideas sin sentido” del que os hablaba al principio? Se habrá ido por el retrete! Pues allí lo tienen! Porque visto lo visto, este texto tampoco tiene pie y menos cabeza. A donde os quería llevar entonces o precipitar? No será esa mala prosa o verborrea de un enfermo, aficionado a las letras que describe las cosas y las roza sin deseo de penetrarlas? Puede que me fije más en los detalles que en el propio contenido, dejando la “esencia” a otros listillos más eruditos. Y si, “sencillamente” se me había escapado sin más! Transformar divagaciones en algo distinto, la visita guiada de un barrio de la capital ibérica o en una serie de pensamientos inteligentemente borrosos es todo un tour de passe passe  y requiere practica!

Al modo de Henri Miller, me gusta caminar para aclararme la mente. También reconozco que uso y abuso (un poco al azar) de las más variadas técnicas para encaminar y despistar al lector. No hacer que se pierda en medio del relato pero si conducirlo a donde quiera y luego, cuando menos se lo espere, dar un golpe seco para recortar los sucesos. Cerrar el grifo y reducir el caudal de parágrafos, líneas, y palabras hasta que solo quede un punto final. Acabando así, con un singular o peculiar desenlace que deje (esa es la idea) el leyente pasmado, perplejo o enfadado.