7 septembre 2009
Sueño olímpico
Yo también me levante con resacón y dolor de cabeza. Aunque lo mío era distinto, nada que ver con el sueño olímpico de Gallardón que poco a poco se le iba de las manos y estaba a punto de convirtiendo en su peor pesadilla! El juzgado se lo había dicho...